lunes, 15 de mayo de 2017

Les Luthiers: Premio Princesa de Asturias después de 50 años de trayectoria.


Página oficial.

Álex Grijelmo, autor del libro que acabo de terminar, "Palabras moribundas", lleva diez años proponiendo a Les Luthiers para el Príncipe / Princesa de Asturias en diversas categorías. Por fin lo ha conseguido, otorgándoseles el premio de Comunicación y Humanidades, cuando el magnífico grupo argentino celebra su quincuagésimo aniversario. Una lástima que Neneco, o Daniel Rabinovich, no pueda presenciarlo.

Se trata de un galardón merecidísimo porque Les Luthiers son el epítome de humor inteligente, ingenioso, rápido y universal. Se requiere una solidísima formación para hacer lo que ellos hacen: en el equipo hay excelentes músicos, ingenieros, químicos..., y radiofonistas, como Marcos Mundstock. Ni él ni Rabinovich tienen formación musical (Daniel estudió Derecho) pero, en cierto modo, son el alma del conjunto al otorgarle ese toque cómico inolvidable.
Citemos aquí al gran compositor Gerardo Masana, fallecido en 1973, a los 36 años, por causa de una leucemia. Es el padre de Les Luthiers y de Mastropiero, además de autor de magníficas partituras como la Cantata Laxatón, fina parodia de las cantatas bachianas con varios guiños a sus pasiones (especialmente a la de san Mateo), o la divertida "Blancanieves y los siete pecados capitales", con la parodia del psicoanálisis, un coral para cada pecado y la fuga conclusiva sobre temas infantiles.
Otro compositor y constructor de instrumentos que colaboró con el grupo entre 1971 y 1986 fue Ernesto Acher.
Estos argentinos imitan cualquier tipo de música; desde la medieval a la contemporánea, pasando por el canto gregoriano ("Educación sexual moderna"), los madrigales renacentistas (Thomas Morley en "La bella y graciosa moza"), el Barroco (Vivaldi, Bach...), el Clasicismo ("El Ventilador" y "Voglio entrare per la finestra"), el Romanticismo ("Para Elisabeth"), el Postromanticismo ("Daniel y el Señor"), la ópera italiana del XIX ("Cardoso en Gulevandia"), el jazz, el pop-rock y muchísima música folklórica latinoamericana, especialmente de su país. Ellos han divulgado ritmos como la chacarera, el gato o la samba.

Los instrumentos informales constituyen una obra de genialidad: maravillas complejísimas que, pese a todo, suenan bien, requiriendo gran destreza interpretativa. En cuanto a sus equívocos y juegos de palabras, ¿qué decir? ¡Extraordinarios! Denotan un excelente dominio del lenguaje (en varios idiomas) y una rapidez mental digna de envidia. Cualquiera de sus números puede ser oído tantas veces como se quiera, y no por ello dejarán de aflorar la sonrisa o la carcajada. Es la marca distintiva de su fresquísimo humor.
Varios miembros, como Carlos Núñez (Carlitos) o Martín, el tenor que reemplaza a Daniel, son intérpretes excepcionales. Núñez destaca como excelente pianista; también toca otros instrumentos formales e informales y participa en la construcción de éstos últimos. No, que no se enfaden los grandes Jorge Maronna y Carlos López Puccio. Ambos son músicos profesionales, intérpretes y compositores.
Resulta harto complejo reunir tantas destrezas y mantener -o incluso aumentar- el interés a lo largo de cincuenta años. Crear un espectáculo de tanto ingenio ha de ser tremendamente difícil, además de representarlo durante años, cada día como si fuera el primero; creyéndoselo igual, por así decir.

Yo conocí a este grupo cuando tenía ocho años, me ha acompañado durante toda la vida. Celebro especialmente sus parodias de la clásica y reconozco el valor de las primeras actuaciones, con coro y orquesta. Entiendo la dificultad de exportar tantos efectivos para las giras, ésos eran más bien montajes discográficos. Muchos conocen únicamente los espectáculos y olvidan estas primeras creaciones, musicalmente geniales.

Los he visto en directo cuatro veces en Sevilla. En septiembre volverán y yo estaré allí, por más que se trate de un refrito, o "antojolía", que dirían ellos.

¡Gracias, queridos! Me gustaría expresarles personalmente mi más profundo reconocimiento y mi gratitud por los buenos ratos que me han hecho pasar; incluso han contribuido a la ostensible mejora de mis depresiones. Cierto: el bromato de armonio y la luterapia son remedios mucho más efecaces que cualquier psiquiatra o psicólogo convencionales; y es que el humor, signo inequívoco de inteligencia, tendría que ser alentado y potenciado desde la educación temprana: incide en nuestro equilibrio psíquico, supone una benefactora gimnasia mental, activa la farmacopea de nuestro cerebro aumentando los niveles de dopamina y serotonina y nos lleva a contemplar a los otros, a nosotros mismos y al devenir con todos sus avatares en perspectiva, desde fuera y relativizando. Efectivamente: las dosis de Les Luthiers son beneficiosas para la salud y pueden administrarse sin riesgo de intolerancia o efectos adversos.
¡Mucho éxito! AAbrazo a todos con el mayor afecto. ¡Gracias por no borrarnos la sonrisa! ¡Los adoro!

3 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo Rocío, son excepcionales.
    Tambien es bonito tu comentario y emocionante, comparto el efecto terapéutico del humor inteligente y abriré tu bloc para cada vez que necesite reir un rato. Gracias por la selección que tan cuidadosamente has elegido.

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  2. ¡Como ellos mismos dicen... esto está... verificado, certificado y, sobre todo... rrrrrrrrrrrratificado! ¡Se lo merecen!

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  3. ¡Pero no es una fe de ratas!
    Muchísimas gracias a los dos por el seguimiento y por ilustrar estas humildes páginas con vuestras aportaciones.

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